CON LAS MANOS EN LA MASA

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Ensalada ilustrada, Berenjenas Rellenas de Marisco, Gazpacho, Ternasco Asado con Papanachos y Pimientos de Padrón

Apoyado en la regala vigilo que un golpe de la mar del sur que nos obliga a dirigirnos a puerto no me empape, mientras veo como los restos orgánicos largados por el costado se alejan entre las crestas de las olas. Estamos a más de doce millas de tierra firme y por eso nos podemos desembarazar de la basura orgánica,  avisando antes al puente para que registren la hora y situación por si las autoridades portuarias exigen comprobar si nuestra política de gestión de residuos cumple con la legislación europea.

Pero esto no siempre fue así. Cuando entré a trabajar en el barco, a principios de 1992, la negligencia con la que se actuaba a bordo, en lo referente a gestión de residuos me dejó perplejo. Gran parte de la tripulación utilizaba la mar como una inmensa papelera que admitía cualquier cosa sin aparente reproche. “El caldero”, le llamaban. Todo iba al “caldero”: la botella de cerveza vacía, el paquete de cigarrillos acabado, la lata de pintura decorada con goterones aún frescos… Era tan fácil emular el movimiento de revés en tenis y dejar que la regala primero –la barandilla- y la mar después ocultara el pecado…

¿Quién era responsable de esa actitud? Bueno, es perversamente fácil ampararse en ese “se ha hecho así toda la vida” con el que se han hilvanado tantos argumentos para excusar la ignorancia y la barbarie: el maltrato a los animales, la imposición de intereses privados de unos cuantos sobre el interés público de todos –las prebendas religiosas y los privilegios de las castas que  ostentan realmente el poder (militares, financieras, judiciales)… ¡Cuánto daño ha hecho y sigue haciendo la “Tradición”! Tirar todo por la borda, una tradición más.

En el GdC las cosas fueron cambiando a medida que pasaron los años, ya fuera por el paulatino relevo de la tripulación –se jubilaron algunos, otros se fueron-, por la concienciación sobre el problema de la contaminación marina, o por ambas cosas. La basura que aparece en el copo cuando se hacen arrastres para algún proyecto ya no se devuelve a la mar, sino que se estiba para ser depositada en tierra firme; también se pesa: es un dato más del lugar donde se ha estado trabajando, una muestra de lo que en realidad es una catástrofe medioambiental y un fracaso de la civilización -según Greenpeace, hay hasta 6.5 millones de toneladas de basura en el fondo del Mediterráneo noroccidental, el 32% de las cuales son plásticos.

Deambulo por cubierta procurando no pisar los restos de fango que quedan después de extraer los primeros centímetros de cada core. Se han conseguido un buen número de muestras, pero no todas las que hubieran querido los científicos porque de nuevo el multicore dejó, de pronto, de funcionar. Es como si el aparato en cuestión tuviera libre albedrío para  protestar vaya ud. a saber de qué: de que el agua está muy fría en el fondo, a 1500 metros por debajo de la quilla del barco; de que está muy oscuro; de que los cablecitos xyy y xyz deberían ser de nailon, y no de acero…. Ni idea, pero entre que el cacharro se cerró en banda y volvía vacío a superficie una y otra vez desde que empezó a fallar, y de que entraron sures que levantaban olas de 2 metros, otra vez tuvo el GdC que acabar con la campaña 24 horas antes de lo previsto.

Afortunadamente, el número de muestras obtenidas es suficiente para poder fundamentar las tres tesis y el trabajo de un equipo francés, que esperaban el fango como agua de Mayo. Una de las tesis, por ejemplo la de Marta, pretende estudiar la distribución de biomasa y biodiversidad de la macrofauna bentónica –entre 250 micrómetros y algún centímetro de tamaño- del cañón de Blanes respecto a zonas anexas- ante la sospecha de que no sólo el primer parámetro es mayor en el cañón, sino que también la diversidad es más importante.

Dejo la cubierta y me vuelvo a la cocina. Los científicos meten la mano en el lodo; yo meto el instrumento de formar bolas de helado en el puré de patatas; después forro la bola con nachos triturados y las dejo listas para acompañar al cordero: son los papanachos ©, nada que ver con el fango y sin embargo, todo es estar con las manos en la masa.

SERRAT DIXIT: ALGO PERSONAL

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Menú: Arroz a la Cubana, Rosada en Tempura con Ensalada de Endibias y Salsa de Roquefort y Yogur, Crema de Guisantes, Conejo con Boletus y Pulpa de Coco.

Emulando a Viking, la sonda de la NASA que continúa su peregrinar, ahora más allá de nuestro sistema solar, las nueve boyas de MEDESS deben estar transmitiendo aún su posición a intervalos predeterminados, y lo seguirán haciendo mientras su estructura permanezca intacta y la batería todavía contenga energía suficiente. Quizá, como ya pasó el año pasado, alguna se haya perdido entre los escarpados riscos acantilados de la costa occidental de Mallorca, encajada entre dos rocas que, después de la marejada, permanecen bajo la superficie. Tal vez alguna haya sido víctima del tráfico marítimo y repose en el fondo marino hasta el fin de los tiempos. Posiblemente puedan saber algo más del devenir de las nueve boyas si entran en la página web del proyecto: http://www.medess4ms.eu/

Las nueve boyas de MEDESS quedaron atrás –quién sabe si no nos encontraremos con alguna mientras navegamos entre la Península y las Baleares-, junto con días de mal tiempo y mares en calma especular; visitas de una manada deTursiopstruncatus-los delfines mulares, mucho mayores que sus primos los listados, Stenellacoeruleoalba,y bastante menos frecuentes- yde enjambres de Cotylorhizatuberculata -aunque en realidad éramos nosotros los que nos topábamos con ellas durante su lento peregrinar al albur de las corrientes-, unas medusa cuya forma recuerda a un huevo frito, tan vistosas como poco peligrosas, con los peces luna acechándolas de manera bastante indolente; y la compañía del equipo científico de MEDESS-4MS, un agradable personal que ha prometido volver contar con el GdC a poco que “los hombres de negro” se estiren un poquito con el tema de la autorización de gasto público –así estamos, oiga-.

El GdC retoma ahora la extracción de sedimento marino que diferentes razones –mal tiempo, mal funcionamiento de la multicore, mal de ojo por parte de algún resentido…- impidieron que pudiera hacerse durante las anteriores campañas del proyecto DOSMARES. Pero antes, aprovechando que pasábamos por la zona, hemos reflotado y mantenido el anclaje HYDROCHANGES que desde 2005 viene registrando los fenómenos de aumento –por convección- y descenso –por cascading– de temperatura y salinidad a 1800-1900 metros de profundidad, entre los cañones de Blanes y Palamós. Dicho anclaje, que es mantenido una vez al año, limpiándolo y recargando sus baterías, ha permitido observar cómo el aporte de aguas del Mediterráneo oriental hacia el occidental ha supuesto un incremento neto de temperatura y salinidad en las aguas profundas, desde que en 2005 se fondeó el primer anclaje. Es información que hace que, al menos los legos, pensemos en un signo más del calentamiento global, aunque como siempre, haya que ser muy precavido al hacer cualquier elucubración al respecto.

Dentro de escasamente una hora, la zodiac del barco desembarcará a Pere Puig y Maribel Lloret, que embarcaron para gestionar el anclaje, y nos trasladaremos hacia el primer punto de sondeo con el multicore, ese tipo tan especial, a ver si suena la flauta, lo cogemos de buen humor y se digna sacar sus tubos llenos de fango, que ya toca.

La verdad, entre el multicore y el GdC “hay algo personal”, Serrat dixit.

NUEVE BOYAS DE MEDESS

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Menú: Potaje de Acelgas y Garbanzos, Entrecotte de Ternera con Pimientos Fritos, Sopa de Pollo y Huevo, Dorada al Horno

El día 19 de Febrero de 2002, el petrolero “Prestige” se partió en dos frente a las costas de Finisterre, liberando miles de toneladas de hidrocarburos de alta viscosidad, desde el momento de su hundimiento y durante meses, una vez posado en el lecho marino. El chapapote impregnó buena parte de la costa cantábrica y atlántica ibérica, produciendo un desastre ecológico que perduró durante años.

Las autoridades competentes decidieron alejar el barco de la costa, consiguiendo con ello magnificar los resultados perniciosos del accidente. En dicha decisión concurren, en diferentes porcentajes difícilmente determinables, la negligencia y el dolo, cuando no la prevaricación, atendiendo desde el principio intereses espurios antes que a los intereses generales.

El suceso del “Prestige” nos enseñó, una vez más, la impunidad difamatoria con la que muchos gobiernos actúan ante la ciudadanía.  También puso de relieve que no habían diseñados buenos protocolos para actuar en esos casos, fundamentados en modelos de predicción que permitieran tomar decisiones bien fundadas en el conocimiento de los hechos y no en conjeturas y falacias.

Casi once años después, el GdC navega por el Mediterráneo occidental, entre la costa catalana y Mallorca, realizando una campaña para el proyecto MEDESS-4MS, en el que más de veinte organismos pertenecientes a siete países mediterráneos –España, Francia, Italia, Malta, Montenegro, Grecia y Chipre- trabajan en la prevención de los riesgos relacionados con la contaminación derivada de los derrames de hidrocarburos en el Mediterráneo,  en el que entre 1977 y 2011 fueron vertidas 310.000 toneladas de hidrocarburos en 572 incidentes de consideración, el peor de ellos el del “HAVEN”, que en 1991 derramó 144.000 toneladas de crudo (Fuente: website de MEDESS-4MS). MEDESS-4MS pretende crear modelos de predicción que utilicen las plataformas ya existentes de monitorización de vertidos de hidrocarburos, los datos aportados por los diferentes organismos marítimos y los sistemas nacionales de predicción oceanográfica.

A bordo del GdC va personal del IMEDEA-CSIC de Palma de Mallorca, de Puertos del Estado y el INGV italiano. Durante una semana registrarán los datos oceanográficos de la zona utilizando los sensores del CTD, ese viejo conocido. Así mismo, utilizarán una batería de boyas que circularán por la zona llevadas por las corrientes presentes en cada momento. Se trata, finalmente, de conocer la dinámica de la columna de agua en toda la zona, de manera que se pueda implementar un modelo de predicción que ayude a tomar decisiones acertadas para la lucha contra los efectos de un derrame de hidrocarburos, y nadie pueda decir que “esos hilillos negros que surgen lentamente del casco” no supondrán peligro alguno para el ecosistema de la zona.

Actualmente, muchas de las boyas fijas que llevaban un registro continuo de los datos oceanográficos a lo largo de todo el litoral español, y que volcaban sus datos en la web para poder ser consultados por todo tipo de usuarios en tiempo real, han sido llevadas a tierra firme y desmanteladas. Un nuevo caso de los efectos de la crisis global. Si bien es cierto que el mantenimiento de dichas boyas supone un alto coste económico, dichas decisiones no dejan de reflejar la mala gestión de aquella por parte de los Administradores.

Entramos hace veinticuatro horas en Soller para refugiarnos de los vientos de componente norte que levantaban la mar lo suficiente como para no poder largar el CTD. Zarpamos ocho horas después, una vez la mar se hizo practicable de nuevo. En el interín, un paseo de cinco horas por los senderos del valle escondido entre la Serra de Tramontana y la rada de Port de Soller, hasta Fornalutx, un pueblecito lejos de todo a base de ser el más caro de Mallorca, aunque eso no le quite ni un ápice de mágica belleza ante la mirada del caminante que llega desde la mar.

Y en la mar, nueve boyas zarandeadas por las olas, viajando hacia quién sabe dónde.